«Suelo ser muy racional y quizás no me permita mucho sentir, hasta que en algún momento lo emocional explota», compartió Viviana durante un encuentro de bienestar del Programa: Soy Working Mom independiente. Acostumbrada a guardar lo que le pasaba, le resultaba difícil expresar a tiempo lo que sentía o pedir lo que necesitaba. Esta represión emocional la llevaba a enfermarse con frecuencia ya mantener una irritabilidad constante con su entorno.
En ese encuentro , Viviana comprendió la importancia de ponerle palabras a sus emociones. Aprendió que validar, autopercibir y comprender sus sentimientos era crucial para poder regularlos. Este proceso no solo le permitió expresar lo que sentía, sino que también le enseñó a comunicar sus pensamientos y necesidades de manera asertiva.
Con este pequeño cambio, ella comenzó a experimentar una mayor paz mental y bienestar emocional. Descubrió que permitirse sentir no era un signo de debilidad, sino una herramienta poderosa para vivir de manera más plena y consciente.
Hoy, después de tres meses de trabajar a nivel de sus emociones y su comunicación, esta querida Working Mom se siente mejor y más preparada para enfrentar los desafíos de ser una madre trabajadora.