¿Qué puedo hacer para trabajar sin descuidar a mis hijos? Nos preguntaba Andrea en su sesión de Coaching. Hacia tiempo estaba trabajando al borde del colapso. No tenía tiempo de calidad ni para ella ni para sus hijos. Sus clientes eran exigentes y no llegaba con todo. Siempre estaba atrasada. Ya no se sentía feliz.
Durante los 3 meses que duraron los encuentros fuimos deconstruyendo su modelo de maternidad perfecta para abrazar un modelo más real y flexible, adaptable a su situación.
Establecimos límites y definimos sus «no negociables», entre los que considero no trabajar después de hora cuando sus hijos llegaban del cole.
Delegó tareas de limpieza para tener más tiempo y dejo clientes tóxicos.
Aumentó sus honorarios y atrajo a clientes más comprometidos que valoraban su trabajo como decoradora de interiores.
En este presente laboral, habiendo delegado varias tareas y estableciendo limites claros para ella y para su entorno, generó un tiempo extra que le permitió crear y lanzar al mercado un nuevo servicio que venía posponiendo hace tiempo.
En su maternidad se encuentra mucho más a gusto con quien es y como lo lleva a cabo. La relación con sus 2 hijos mejoró considerablemente y ya no la llaman del colegio para llarmarle la atención por las malas conductas de su hijo mayor.
Y para ponerle una frutilla a su postre, ¡Andrea empezó clases de teatro!
Ella, feliz y nosotras más.
Amamos lo que hacemos y somos muy felices cuando vemos cada vez más WM empoderadas, diseñando su vida y una profesión acorde a esa visión, manteniendo una maternidad conectada y consciente.